Dentro del marco curatorial del Centro de Extensión en Identidad y Patrimonio ECOS IMAGINARIOS DE UN ORIGEN Antonio Guzmán aporta con la obra F(r)icciones de América.Presentación de algunas láminas que construyen la instalación visualdel artista.El traslado del dibujo-collage al formato digital fue realizado por Paula Manzor Espinoza.
F(r)icciones : tras la huella de los escombros que dejamos a nuestro paso.
“Ocultar es dejar huellas. Pero invisibles”, decía Benjamin, en ese breve texto titulado Cuadros de un pensamiento. Antonio Guzmán, al igual que el filósofo, presenta un conjunto de dispositivos que permiten lecturas que nos entregan vestigios de un decir silenciado. Imágenes de los efectos dejados por terremotos: indígenas terremoteados en su vínculo con su cultura y suelo patrio; mobiliario escolar que también refiere a ese terremoto que afecta a la escolaridad. Esas sillas que hoy aparecen como símbolos de la indignación, puestas en los frontis de los establecimientos educaciones como expresión de las “tomas”, signos del rechazo y el ponerse de pie de aquellos miles de atropellados que reciben educación de bajos estándares de calidad.
La regla escolar, de madera, es un guiño a Los tres zurcidos-patrón de Duchamp. Una afrenta a la norma: ¿quién no recuerda esos usos juguetones de los útiles escolares transformados en improvisadas espadas con las que matábamos el tedio escolar?
Los roces que generan las comparecencias de antiguos registros de nuestros ancestros son las señas de vergonzosas heridas que deberíamos endosar a eso que llamamos progreso. La propuesta de Guzmán se desmarca de una mirada nostálgica y culposa, tiene ese componente propio del humor trágico, más cercano a Diógenes, al humor cínico, abiertamente contestatario.
La indigencia del presente se obsequia como texto a la mirada: blanco y negro, ascetismo, precariedad de un mundo derruido desplegado entre las grietas que permiten entrever pequeños signos que auguran una noche aún más oscura. Los monstruos marinos parecen más amigables que los civilizados hombres europeos. Ficción, fricción de nuestra historia sigue siendo un texto mutilado que en la propuesta visual de Guzmán vuelve a interpelarnos.
O’Connors acuñó la expresión “la invención de América” a cambio de la idea de descubrimiento. Octavio Paz la recoge en el Arco y la Lira. Antonio Guzmán, sin duda, que tiene esas visiones asimiladas pero también comparece en su obra la mirada borgeana, como si se tratase de otro reflejo o una nueva duplicación “los espejos y la cópula son abominables porque reproducen al hombre”. Invención, ficción y fricción aparecen tensionadas en este conjunto de obras no como un hecho pretérito sino como capas tectónicas que siguen liberando energía.
“Ocultar es dejar huellas. Pero invisibles”, decía Benjamin, en ese breve texto titulado Cuadros de un pensamiento. Antonio Guzmán, al igual que el filósofo, presenta un conjunto de dispositivos que permiten lecturas que nos entregan vestigios de un decir silenciado. Imágenes de los efectos dejados por terremotos: indígenas terremoteados en su vínculo con su cultura y suelo patrio; mobiliario escolar que también refiere a ese terremoto que afecta a la escolaridad. Esas sillas que hoy aparecen como símbolos de la indignación, puestas en los frontis de los establecimientos educaciones como expresión de las “tomas”, signos del rechazo y el ponerse de pie de aquellos miles de atropellados que reciben educación de bajos estándares de calidad.
La regla escolar, de madera, es un guiño a Los tres zurcidos-patrón de Duchamp. Una afrenta a la norma: ¿quién no recuerda esos usos juguetones de los útiles escolares transformados en improvisadas espadas con las que matábamos el tedio escolar?
Los roces que generan las comparecencias de antiguos registros de nuestros ancestros son las señas de vergonzosas heridas que deberíamos endosar a eso que llamamos progreso. La propuesta de Guzmán se desmarca de una mirada nostálgica y culposa, tiene ese componente propio del humor trágico, más cercano a Diógenes, al humor cínico, abiertamente contestatario.
La indigencia del presente se obsequia como texto a la mirada: blanco y negro, ascetismo, precariedad de un mundo derruido desplegado entre las grietas que permiten entrever pequeños signos que auguran una noche aún más oscura. Los monstruos marinos parecen más amigables que los civilizados hombres europeos. Ficción, fricción de nuestra historia sigue siendo un texto mutilado que en la propuesta visual de Guzmán vuelve a interpelarnos.
O’Connors acuñó la expresión “la invención de América” a cambio de la idea de descubrimiento. Octavio Paz la recoge en el Arco y la Lira. Antonio Guzmán, sin duda, que tiene esas visiones asimiladas pero también comparece en su obra la mirada borgeana, como si se tratase de otro reflejo o una nueva duplicación “los espejos y la cópula son abominables porque reproducen al hombre”. Invención, ficción y fricción aparecen tensionadas en este conjunto de obras no como un hecho pretérito sino como capas tectónicas que siguen liberando energía.
Tirso Troncoso
Profesor Universidad Diego Portales
Simultaneidad del tiempo impregnado en una hoja de papel
Interpretación de un proceso creativo
Primera instancia ( el pasado )
El collage : una imagen se recorta,se des contextualiza de su lugar de origen.Se adhiere a un nuevo soporte ¿ blanco - vacío ?
Segunda instancia ( el presente )
la línea , pulsación de la mano y e lápiz sobre el papel.El dibujo dialoga y reúne cada trozo de papel. Se construye y captura un nuevo imaginario.
Tercera instancia ( el futuro - la retina del otro )
la imagen nueva se proyecta a un ojo futuro. La vemos, la leemos,la decodificamos y finalmente la guardamos.
¿Se cierra o se abre un ciclo ?
Cuarta instancia ( el sueño - espacios infinitos del inconsciente )
¿América fricción o ficción?