lunes, 30 de junio de 2008

COMETÍ UN ERROR

“El nadador, de 23 años, fue fotografiado fumando marihuana y aunque nunca dio positivo por ninguna droga.La Federación estadounidense le sancionó con tres meses de suspensión: "Cometí un error estúpido y es algo de lo que voy a aprender.Siempre tienes que estar en guardia".Reconoce que desde entonces su actitud ha cambiado. "Adonde quiera que vaya, soyrealmente consciente de todo lo que pasa a mi alrededor. Recientemente he comenzado a hacer eso más y más. Siempre estoy mirando quién está alrededor mío, veo quién está haciendo qué, sin importar quién sea, si lo conozco o no". 1

Generalmente concedemos valor al ver, pero la pregunta es cómo vemos. El verse ha ido degradando hacia un simple curiosear, hacia un visitante en el que pasainadvertido el sentido de ser visto. El acto de ver se despliega al abrirse en dos,en el ver y en el ser visto, o dicho de otra forma, como lo que nos mira en lo que vemos. “Y he aquí que surge la obsesionante pregunta: cuando vemos lo que está frente a nosotros, ¿por qué nos mira algo que es otra cosa y que impone un en, un adentro?”2 Lo que nos mira es imposible de ver, está contenido en lo que vemos como un indicio, pero es un vacío con potencia visual que nos mira, nos asedia. Al observador le es inherente el error. Observar, es el diálogo constante entre la posibilidad del error y la veracidad de la percepción y el juicio. Un posible error sería no advertir la paradoja, en la que el acto de ver solo se despliega al abrirse en dos.

El espectador es aquel sujeto que se constituye con el espectáculo. Spectare =mirar, es la raíz etimológica que comparten espectador, espectáculo, espejo y especulación.El espectador no es quien asiste, sino quien es asistido en su necesidadde ser. El que participa de un espectáculo lo hace por su necesaria búsquedade un espejo en el cual reflejarse, ese reflejo es la mirada del espectáculo sobre el espectador.

El lugar del espectáculo, del arte y del espectador, es hoy inestable más que nunca. No son fijas las distancias entre espectador y obra, los actores no están del todo definidos entre la sociedad, y las obras no solo ofrecen el lugar contemplativo.El espectador observa intentando averiguar qué es en realidad o “en verdad” lo que se le ofrece. El lugar estable y definido del espectáculo que nos pone a salvo de los errores, parece ya no estar disponible. El espectador se busca errante en el espectáculo, en una escena que no siempre es distinta o distante de la vida real.

“Ahora somos espectadores de lo que también ocurre en secciones del diario que no son la de espectáculos. Es habitual que al encender la televisión resulte difícil distinguir si lo que vemos es un telenoticias o un reality show.”3 El riesgo a no distinguir parece real, el error es inminente como lo que nos mira en lo que vemos".

Leonor Castañeda


1 Declaraciones del nadador olimpico, Michael Phelps, en mayo de 2009
2 Georges Didi-Huberman, Lo que vemos, lo que nos mira. Manantial, Buenos Aires, 1997. Pág., 14
3 Néstor García Canclini, Lectores, espectadores e internautas. Geidesa, Barcelona, 2007. Pag. 40